Tras acompañar a más de 150 personas preocupadas por su salud, me he dado cuenta de que hay una realidad que se repite.
Sólo un tercio de las personas que inician un cambio de hábitos de vida para mejorar su salud, consigue mantenerlos en el tiempo.
Es lo que hasta hora nos han enseñado a hacer.
Plantéate lo siguiente:
Es absurdo abordar una mejora de la salud sólo desde un cambio de hábitos de alimentación (léase: dietas), tirando de fuerza de voluntad, para acabar consiguiendo un supuesto “cuerpo perfecto”.
Es obvio que somos más que un cuerpo: tenemos emociones, pensamientos, … y es obvio que los otros aspectos de nuestra vida, esos que ocurren en la Vida Real (el trabajo, el descaso, las relaciones personales, la familia…) también entran en juego.
Debes comprender que es la suma de pequeños cambios positivos en muchos aspectos de tu Vida Real lo que marca la diferencia, y que la mayoría de ellos están bajo tu control.
Si no lo abordas así, y si no encuentras satisfacción en cada cambio, nunca llegarás a sentir una verdadera transformación de tu salud para siempre.
Con los que trasformarás tu salud para siempre
Muchas personas creen que comer es como poner gasolina al coche: con que funcione y me permita desplazarme, tengo suficiente. Y no puede haber mayor error. No basta solo con recibir las calorías suficientes para vivir, sino que debemos aprender a elegir inteligentemente las fuentes de esa energía. En ese sentido, es necesario revisar con una mirada crítica la dieta occidental moderna, pues en ella está el origen de la mayoría de las enfermedades del siglo XXI. Debemos apostar por recuperar alimentos reales acordes a nuestra naturaleza para recobrar nuestra SALUD.
Hoy en día la mayoría de las personas vivimos una vida sedentaria. Sin embargo, lograr un cuerpo dinámico es vital, saludable… ¡y necesario!: no es una elección. Necesitamos movernos y trabajar nuestro equilibrio, agilidad, fuerza, resistencia, flexibilidad... y asegurarnos de que nuestro cuerpo está “a punto” (igual que nuestro coche) para llevarnos allá donde queramos. Cada uno debemos encontrar nuestra forma de dinamizar nuestro cuerpo con la que disfrutemos, e integrarlo en nuestra rutina no como un deber, sino como parte de nuestra esencia.
La falta de sueño se ha identificado como un gran problema de salud pública y se ha relacionado con una mayor probabilidad de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y depresión. Sin embargo, un adecuado descanso nocturno no sirve sólo para retomar energía para el día siguiente: es imprescindible conocer que muchos mecanismos de reparación y regeneración ocurren durante la noche y aprender cómo favorecerlos.
Los seres humanos somos más que una maquinaria a la que aportar energía para funcionar. Necesitamos sentirnos parte, conectar, al menos, en dos direcciones: con nosotros mismos, y con los demás. Es fundamental indagar y trabajar con aspectos de ti tan nutritivos como tu creatividad, saber buscar momentos de calma, manejar el estrés, gozar de momentos de alegría y diversión, aprender a conocerte más o disfrutar de unas relaciones saludables con pareja, amigos y familia.
¿Quieres dar el siguiente paso hacia tu Salud Real ?
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